El Fiscal

La anécdota menos conocida de Luismi Martín Rubio

  • La forma más difícil de hacer estación de penitencia es a cara descubierta

Luis Miguel Martín Rubio, en el cortejo del preste del Cristo de Burgos el pasado Miércoles Santo.

Luis Miguel Martín Rubio, en el cortejo del preste del Cristo de Burgos el pasado Miércoles Santo.

Ocurrió el Miércoles Santo, tercera jornada laborable de la Semana Santa. Acudió a Sevilla el presidente de Acciona, José Manuel Entrecanales, que por la mañana asistió a una reunión de trabajo en la sede de un despacho profesional en el que se encontraba el abogado Luis Miguel Martín Rubio. El señor Entrecanales estaba por la tarde en un balcón del entorno de la Catedral para contemplar las cofradías de la jornada. Disfrutó, entre otras, de la del Cristo de Burgos. En un momento concreto se fijó en el cortejo del preste, situado detrás del paso de palio de Madre de Dios de la Palma. Este cortejo está integrado por varios acólitos revestidos con dalmática. Entre ellos le sonó el rostro de Martín Rubio. “¿No es ese señor el abogado de esta mañana?”. Y tanto que lo era. Ese es uno de los encantos de la Semana Santa, el de los que dan testimonio público de fe a cara descubierta.