"Mi madre me ajusta el cuello del abrigo, no porque empieza a nevar, sino para que empiece a nevar". César Vallejo.
El año después de la muerte de mamá, el azahar de nuestra calle se retrasaba demasiado. Entonces lo comprendimos: ella no bajaba la túnica del altillo porque se acercara la Semana Santa. Era la Semana Santa la que venía hasta sus manos, respondiendo dócilmente al ritual.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios