El Guadalquivir, palabra que proviene del árabe y que significa "río grande" y que en la antigüedad se llamó Betis, nace en la sierra de Cazorla y discurre por las provincias de Jaén, Córdoba, Sevilla, Huelva y Cádiz hasta llegar a su desembocadura en Sanlúcar de Barrameda.
Se trata del único río navegable de España, es el quinto por longitud de la península ibérica y tiene una longitud de 657 km desde su nacimiento hasta su salida al mar.
Históricamente ha tenido un papel fundamental en la evolución de la ciudad de Sevilla y en la relevancia mundial que ésta adquirió en el siglo XV, con el comercio con América, las Indias y con las expediciones que partieron desde el puerto de la ciudad.
El río, cuyo curso se ha ido modificando a lo largo de los años a su paso por la ciudad, ha traído consigo numerosas anécdotas y datos inquietantes que ha despertado la curiosidad de muchos. Uno de estos es el porqué de su color marrón que le da un aspecto de estar siempre sucio. La realidad es que la turbidez del Guadalquivir se debe a los sedimentos que éste transporta y a otras causas que no están tan relacionadas con la actividad humana.
Uno de los motivos que se han ubicado sobre el color del río está en los sedimentos que este transporta desde su parte más alta. La fuerte erosión de los suelos por los que pasa el Guadalquivir hacen que sus aguas se vuelvan muy turbias conforme van discurriendo por Andalucía hasta llegar a su desembocadura. De esta manera los elementos que sobre todo transporta son calcitas y arcillas, capaces de teñir la transparencia del agua.
Agricultura
En el año 2014 se llevó a cabo un estudio financiado por el Puerto de Sevilla sobre el impacto de la actividad agraria en el río Guadalquivir ya que se concluyó que era, posiblemente, el río más turbio de Europa. Una de las posibilidades que se contemplaron en dicha investigación es que esto podía deberse a la agricultura. Sin embargo conforme avanzó la investigación esta idea quedó descartada para darle más importancia a la de que hubiera partículas procedentes de la erosión de sus suelos.
No obstante las modificaciones que ha sufrido el cauce del río derivadas de los cultivos de olivos y de regadío han aumentado las partículas en suspensión que éste tenia.
Sea como fuere, el color turbio no está relacionado, en principio, con la presencia de suciedad en él aunque pueda dar esa sensación. Lo que sí determina su turbidez es, en cualquier caso, el tipo de flora y fauna que se encuentra en él ya que estas partículas impiden el paso de la luz a través del agua y eso tiene una consecuencia directa sobre los seres vivos que habitan en el Guadalquivir.
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